Nutini
Otra perla más de la tierra de KT...
Al pobre Paolo, acostumbrado a su Escocia natal, las calles de Londres se le hacen oscuras, ruidosas y enmarañadas...
(Una vez más, gracias a Gonzalo...)
Otra perla más de la tierra de KT...
Al pobre Paolo, acostumbrado a su Escocia natal, las calles de Londres se le hacen oscuras, ruidosas y enmarañadas...
(Una vez más, gracias a Gonzalo...)
Como ya he dicho en más de una ocasión (aunque no aquí), yo no consumo contenidos. Apenas escucho música, veo poco la televisión y, lo que nos ocupa hoy, hace siglos que no voy al cine. Entendedme, no ha sido la mía con los contenidos una ruptura causada por el desengaño o la incomprensión, no; se ha ido forjando con el tiempo, lentamente, y ha llegado a un punto en el que me maravillo al contemplar la cantidad ingente de personas que no pueden vivir sin su iPod, o que ven películas regularmente (ya sea en el cine o gracias al señor Bram Cohen). Yo no soy así.
En estas fechas tan señaladas en las que uno tiene tiempo para otras cosas, me dio por intentar sacarle un porqué a esa racanería audiovisual. No sé si lo he conseguido, pero corro al blog a exponer mi flamante teoría.Y es que el recuerdo de mis veces en el cine es siempre doble. Me acuerdo de cuando fui a ver Titanic, y acabé helado en primera fila mientras Leonardito nadaba en el Ártico. O de mi respiración entrecortada (bochornoso espectáculo) durante Bailar en la Oscuridad. Me recuerdo olisqueando a mi alrededor al acabar El perfume, incapaz de volver a mi habitación después de Cube, cegado por las lágrimas de risa en Cuatro bodas y un funeral, moqueando como el peor bebé durante tantas otras. Y por supuesto podría seguir.
¿Será que mi cuerpo ya se cansó de tanta reacción exacerbada? ¿Será que mi alma rocosa está harta de que sus muros se vengan abajo nada más acabarse los trailers? ¿Será que me turba que unos hechos ficticios me tengan en vilo más horas que muchos reales? Acaso así sea... De cualquier modo, tendré que volver al cine, aunque sólo sea para completar mi investigación.
Navegando he llegado a este planazo de viaje para el invierno: la conmemoración in situ del sexagésimo aniversario del "Partido de los Trabajadores de Corea" con un viaje de once días por el país - todo esto, coincidente con el cumpleaños del Gran Líder Kim Jong Il. ¡Es real! El viaje, por supuesto, está organizado por el régimen y tiene un número máximo de veinte plazas. La salida es desde Pekín, y el precio unos 2250 € sin incluir el traslado del punto de origen a Pekín y el visado chino. Merece la pena leer detenidamente el plan de viaje, marcadamente a caballo entre un folleto turístico y documento de normas y restricciones. Aquí os dejo algunas perlas:
Enlace al mapa
Él apenas la miraba, aunque a menudo coincidían en el mismo grupo. Se dirigía a ella con fría cordialidad. Flirteó y salió con todas aquellas mujeres vacías hasta que se casó con una parecida a las demás. Y todo este tiempo ella se debatió entre la huida o hacer alguna barbaridad, pero no hizo nada (nadie lo habría entendido). Tan solo estar siempre ahí. Siendo fuerte, alcanzando el éxito de tanta abnegación, luchando por no desmoronarse cada vez que él pasaba a su lado. Desafiando a la naturaleza, su vida como una manzana que crece y se hace fuerte a pesar del gusano que ha devorado ya la mitad dejando un gran agujero negro. Acostumbrándose a esa mutilación, haciendo de la carencia una parte de sí.
Y esta semana él la había llamado dos veces. Le pidió que le acompañara a comprarse una corbata. Antes y después de la llamada, ella sin dudarlo habría dicho que no, pero en el momento no fue capaz de negarse. Y ahora él estaba allí. Su sueño se había hecho realidad. Estaba ahí delante, mirándola, deshaciéndose en amor por ella después de tanto tiempo, inflamado de sentimiento puro, de pasión. Con esa sonrisa irresistible y una gran margarita blanca. Sin un ápice de remordimiento por los años pasados. Sin tener ni idea de su sufrimiento silencioso. Sin saberse la causa de su vida a medio vivir, de su pasado mutilado. Tan solo sonriendo, rezumando futuro.
Y ella no cambió la mueca, y sólo dijo: "no". Fue plenamente consciente de que esa palabra hacía infelices a dos personas, y a ella mucho más que a él. Tuvo en ese instante la visión nítida de otros tantos años iguales, imagen especular de los vividos. Pero no pudo decir otra cosa. No era capaz de olvidar. El lastre del pasado le impedía dar un paso al frente. El agujero de la manzana había llegado ya al corazón.
A veces creo que es bueno que se llegue al absurdo más absoluto para que quede más claro y patente el error de base, para que esté más cerca el día en que el sinsentido caiga por su propio peso. Pero claro, luego pienso en que detrás hay personas, verdaderos mártires - que es palabra que llena la boca - que pierden sus vidas en el camino, y eso no puede ser. Y quedo desconcertado.
(Vía Open Gardens)
Esto que me envían (¡gracias!) como chiste a mí me hace muy poca gracia. Es decir, que me parece mucho más realidad que chiste - al menos en determinados sectores y para determinados puestos. Hoy en día, una búsqueda en Google por el nombre cuando llega el currículo de un candidato es el primer paso de muchos procesos de selección, incluso para los puestos más básicos. Al final, internet sabe tanto de nosotros... (porque nosotros se lo hemos contado, claro). Es imposible separar completamente lo personal de lo profesional, incluso cuando se está escribiendo en un blog o subiendo unas fotos a Facebook o poniendo guapa tu página de MySpace. Igual que es imposible (e inadecuado) juzgar a un candidato para un puesto dejando completamente de lado su vida personal (qué graciosa esa sección de hobbies y aficiones que la gente incluía al final de los currículos...). Por eso, mi blog, mis identidades en redes sociales y Google dicen tanto o más de mí que mi currículo. Y están permanentemente actualizados...
Síntesis de una idea que me lleva rondando la cabeza mucho tiempo, pero que no encontraba palabras para expresar... hasta verla así. Una idea relacionada con las apariencias (que engañan), con que nos hacemos mayores, con las decisiones que tomamos que cada vez son más irrevocables, con la empatía, con el conformismo, con el autodesconocimiento, con los principios y con el sentido de la vida. Con tantas cosas que menos mal que me la encontré escrita, y no tuve que intentarlo yo...
(Si fueras feliz y exitoso, te comportarías de otra manera)
El otro día se leía en los periódicos la noticia de la condena de los Estados Unidos al genocidio armenio. Menos de una semana después, teníamos esta nueva noticia. Me parece verdaderamente sorprendente asistir a semejante ejercicio de franqueza en los tiempos que corren: no dicen los que se oponen a la condena, no, que el llamado genocidio puede considerarse una guerra civil, en la que murieron personas de ambos bandos, ni que las cifras de víctimas armenias pueden ser excesivas, como defienden las tesis oficiales turcas. Eso no lo argumentan. No dicen que no haya habido genocidio, tan solo que condenarlo puede ir en contra de los intereses americanos. Y los turcos, con eso se quedarían tan contentos...
Huelga decir que no pretendo con esto tomar partido en un conflicto que no conozco, aunque hacerlo sería muy fácil. Simplemente reflejo mi estupor...
Ya os conté hace tiempo sobre una serie de destinos a los que me apetecía mucho viajar. Esta vez dejo aquí otros destinos a los que por supuesto también me apetecería ir, pero que saco a colación porque me parece que están infravalorados: creo que tienen muchísimo que disfrutar en comparación con su fama o el turismo que reciben.
Omán
Todo el que va al desierto arábigo se queda en Dubai, pero tengo la impresión de que la experiencia auténtica está en Omán. De por qué no tiene fama nos puede dar una idea su página oficial de turismo. Desierto, playa, montaña e historia, habrá que darse prisa antes de que se convierta en un destino popular.
Los países del Cáucaso
En particular Armenia y Georgia, dos países tan distintos entre sí como de los que les rodean, con culturas únicas, una inmensa variedad de paisajes y - según a quién preguntes - cuna de nuestra civilización...
Argelia
El Magreb desconocido, hermano mayor de Marruecos y Túnez pero con mucha menos fama turística. Cuajado de lugares Patrimonio de la Humanidad, y construyéndose una nueva capital en el desierto que le dará fama mundial. Una vez más, ¡hay que intentar adelantarse!
¿Alguna preferencia?
He saw her coming through the bus window. Will she make it?
Yes, she did. Slightly sweaty and with a lock of hair crossing her face, she trudges through the bus and finds a seat next to his.
- Hi
- Hi
- Almost missed it
- Yeah... I guess
She crosses her legs and looks to the side.
- You look nervous! You're on the bus now, so no worries... Heading for a hard day at work?
- Yeah, kind of...
- Ooh, that sounds bad... Let me guess, you are late for a meeting...
- Well, almost, but I hope to make it
- And your boss is attending...
- Actually... I'm meeting my boss. I'm starting a new project and don't know him yet.
- What's his name?
- A... "mister Jonathan Price"
- Well, pleased to meet you...
In a second, he'd turned to look at her in a completely different - much less exciting - way.
Siguiendo la línea errática de mis últimas entradas, se me ocurrió en el autobús que existen mentiras y mentiras. Mentiras para echarse un órdago, para intentar conseguir algo, que salen del amor propio y la autoestima, como cuando pones que tienes nivel alto de inglés en tu currículo, o las mentiras de los comerciales o los políticos. Y mentiras que nacen de la vergüenza, para ocultar algo que no se puede admitir o que da miedo, como cuando dices que no te huelen los pies o que no compras La Razón, como las excusas del que pillan in fraganti. Ambas producen una ráfaga de adrenalina, pero en un caso te da alas, mientras que en otro te paraliza. Unas nacen de la autoconfianza, y otras surgen por falta de ella. Y mi conciencia es mucho más implacable conmigo por las segundas que por las primeras. Eso si yo alguna vez mintiese, claro :-).
Lo predijo ya en 1989, un auténtico visionario este Arrabal...
[De propina, un televisivo enlace a Arrabal y más]
Llevo unos días dándole vueltas y por fin lo tengo claro: la historia es una ruleta, acaso una hipotrocoide, con una circunferencia que rueda dentro de otra mucho más grande, y un punto de dibujo muy alejado de su centro (R>>>r, d>>r). La historia son ciclos que se repiten, pero no concéntricos, sino girando alrededor de un centro que se va moviendo lentamente...
Dicho esto, ya puedo callar por lo menos por un buen rato.
Sabéis, o al menos intuís, los asiduos que me gustan las visiones, entendidas (correcta o incorrectamente) como excogitaciones acerca de cómo será el futuro, normalmente en un ámbito concreto y a una distancia temporal limitada. Me gusta pensar además que tengo un trabajo de visionario, aunque en el día a día eso pueda estar a años luz de la realidad. El caso es que, entre visión y visión (propia o ajena), voy vislumbrando ideas acerca del propio ejercicio de "visionar".
Cada vez tengo más clara, por ejemplo, la importancia de las visiones, buenas o malas, como estimulantes de ideas, invitaciones a la reflexión, y a la innovación. Hay muchas veces en que una persona concibe una buena idea, pero no es capaz de imaginar más allá, de llevarla un poco más lejos y convertirla en una brillante realidad o incluso en una idea mejor. Al compartir su visión, permite que otro pueda tomar esa rienda y recorrer ese camino. Y, aunque una visión sea absurda, siempre es capaz de excitar la imaginación y producir en algún lector una idea mejor.
Otra cosa que voy entendiendo son las diferentes cualidades necesarias para ser un buen visionario según el plazo de la visión. Es decir, lo fácil que es atrincherarse a una determinada distancia en el futuro, como los bueyes que siempre van por delante del carro, pero siempre a la misma distancia, la que marca la yunta. Es difícil ser capaz de imaginar, con regularidad, cómo podrá ser el futuro a diez años vista en el campo de las aplicaciones de telemedicina, póngase por caso. Pero más aún lo es, a mi modo de ver, tener clara en el entendimiento una evolución, de visión en visión, de ese mismo campo a lo largo del tiempo, y ser capaz de acomodar las nuevas visiones en esa línea temporal. Hay quien es un excelente visionario de las acciones que mañana subirán en bolsa, quien tiene un don para ver la evolución de la economía nacional durante este año, y quien es muy talentoso imaginando la coyuntura económica mundial a cincuenta años vista. Sólo que es muy difícil que esas tres personas sean la misma. Y es que se necesita una habilidad especial para poder vivir (e imaginar) siendo consecuente con las visiones que se tienen a distintos plazos.
Y para dar el toque techie a esta entrada, os dejo dos enlaces (de Read/WriteWeb) que son ejemplos, por lo atinado (que parecen, claro, porque habrá que ver qué nos depara el futuro), de buenos ejercicios de visión, sobre el futuro de la web. Que los disfrutéis: uno y dos.
El pasado sábado Madrid vivió su Noche en Blanco, y muchos se quedaron con un agridulce (o, sin paliativos, agrio) sabor de boca. No sé si servirá de mucho, pero no me quedo sin volcar al mundo mis sugerencias (que seguro que son las de más gente) para mejorar la experiencia:
Una mujer dio a luz el pasado jueves a un bebé de forma natural
Ciudad, 29 de febrero de 2072. Una mujer ha dado a luz a un niño al que concibió sin HGS (Selección Genética Holística) ni PTR (Reducción del Periodo de Gestación). Se trata del primer alumbramiento de estas características en el país en los últimos tres años. Tanto la mujer como el bebé se encuentran en perfecto estado de salud.
Todo comenzó hace unos cuatro meses. La mujer, alarmada por su rápido aumento de peso, concentrado en la zona abdominal, acudió al centro médico, donde el escáner no dejó lugar a dudas: estaba embarazada desde hacía unos cinco meses. "Siempre se oye por ahí que aún hay casos de personas que no son estériles y son capaces de engendrar hijos de manera natural, pero que tanto mi marido como yo lo fuésemos fue una enorme e inesperada coincidencia", relataba la mujer. Al miedo del principio le siguió un sentimiento de satisfacción por la llegada del nuevo vástago: "Nuestra principal preocupación venía del desconocimiento. En el hospital, ninguno de los médicos había tratado un caso similar, sin HGS ni PTR, y tuvieron que desempolvar los viejos manuales. A pesar de todo, ha ido todo muy bien, y nuestro médico nos ha dado mucha confianza".
Al riesgo esencial derivado de la no selección del material genético del bebé, se añadió la incomodidad del larguísimo periodo de gestación. "La detección tardía del embarazo", comentó el doctor encargado del caso, "impedía poder aplicar las técnicas de PTR. Lo que normalmente dura entre 40 y 50 días, para esta mujer se prolongó durante 40 semanas".
Tras el alumbramiento, la mayor preocupación de los progenitores se centró en la salud del bebé. "El análisis genético nos había confirmado que el niño no tendría ningún problema (tanto su padre como yo nacimos con HGS, lo que hacía que la calidad de nuestros genes fuese alta), pero hasta que no nace, no las tienes todas contigo", declaró la madre. "No creemos que el niño tenga ningún problema de integración con sus compañeros en el colegio".
Desde la epidemia de esterilidad de los años cincuenta, y la abolición, hace ahora diez años, de la gestación natural, se han contabilizado 103 casos de embarazos naturales en el país. Al demostrarse la buena fe de los progenitores, que en ningún momento buscaron una gestación natural, el gobernador local ya ha anunciado que no emprenderá acciones legales contra la pareja. Asimismo, ha recordado a la población la necesidad de una adecuada gestión genética y planificación familiar para asegurar el bienestar génico del país y de todos sus ciudadanos. Colectivos naturalistas han reaccionado con dureza a las palabras del gobernador, promoviendo la vuelta a la naturaleza y censurando la manipulación genética humana.
Cuatro días después del alumbramiento, las preocupaciones de los progenitores se centran en el cuidado de su recién nacido, el primer hijo de la familia. "Siempre habíamos querido que nuestro hijo fuese moreno, de ojos azules y nariz chata; ya teníamos decididos los modelos en la clínica de fecundación. Ahora, con nuestro hijo aquí, todo eso parece ya un pasado lejano". Pañales y biberones ocupan ahora casi todas las horas de su presente.
Me noto yo últimamente filólogo y dicharachero, y la consecuencia lógica es que me da por escribir de lenguas, aunque no sea más que curiosidades (y vaya en claro detrimento de mi ya maltrecha consideración social :-). Curiosidades como por ejemplo que la cuarta parte de los idiomas del mundo se hablan en Papúa Nueva Guinea.
Se me antoja una injusticia para el resto de mujeres que exista Carla Bruni. Que su belleza, su atractivo radical y su voz con textura de agua y sabor a miel no os impidan escuchar sus palabras... porque sí, ella también compone...
Todo el mundo es una persona graciosa
Y todo el mundo tiene el alma enredada
Todo el mundo tiene una infancia que ronronea
En el fondo de un bolsillo olvidado
Todo el mundo tiene restos de sueños
Y rincones de su vida devastados
Todo el mundo ha buscado algo alguna vez
Pero no todo el mundo lo ha encontrado
Pero no todo el mundo lo ha encontrado
Todo el mundo debería reclamar a las autoridades
Una ley contra toda nuestra soledad
Que nadie sea olvidado
Que nadie sea olvidado
Todo el mundo tiene una sola vida que pasa
Pero no todo el mundo se acuerda
Los hay que la doblan e incluso que la rompen
Y los hay que ni siquiera la ven
Y los hay que ni siquiera la ven
Todo el mundo debería reclamar a las autoridades
Una ley contra toda nuestra soledad
Que nadie sea olvidado
Que nadie sea olvidado
Todo el mundo es una persona graciosa
Y todo el mundo tiene el alma enredada
Todo el mundo tiene una infancia que resuena
En el fondo de una hora olvidada
En el fondo de una hora olvidada
Carla Bruni - Tout le monde
Después de buscarlo un buen rato, no he conseguido encontrar ninguna página en la que se me muestren todos los lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en un mapa interactivo como los de Google o Yahoo! (un mashup), así que he intentado hacerla yo:
Llego a través de Gesmida (a quien no conozco personalmente, pero que es azul como yo :-) a un artículo de Arturo Pérez Reverte sobre una idea que va ganando peso en mi ideario (y más después de ese dichoso librito...). No quiero volver a justificar la necesidad de buenos escritores y de que todos, en la medida de nuestras posibilidades, cuidemos la manera en que nos expresamos; en esta ocasión prefiero hablar de una profesión que hasta la lectura de este artículo yo sabía que existía pero no tenía muy clara, y a la que de hecho yo cambiaba el nombre llamándola editor: el corrector de estilo.
No sólo lo dice Steve Jobs en su ya célebre discurso, yo creo que todo el mundo, quien más quien menos, lo tiene muy presente: en esta vida estamos para cambiar el mundo. Sí, suena muy grandilocuente así dicho, sin paliativos, pero todos estáis de acuerdo conmigo, todos lo buscáis. Se trata de hacer feliz a tu familia, de traer una nueva personita al mundo y convertirla en un hombre o mujer de pro, de dar sentido a los últimos momentos de vida de un enfermo, de mejorar la calidad de vida de los vecinos de la escalera, de iluminar con una sonrisa a los pasajeros del autobús, de comenzar un negocio, de servir como modelo para los niños por tu deportividad y juego limpio, de construir viviendas para los jóvenes, de liderar a tu país o de inventar la vacuna para una enfermedad incurable... Pequeñas o grandes contribuciones, según se mire, pero todos necesitamos (y seguro que tenemos) una idea de nuestra contribución, nuestra estrategia para cambiar el mundo. Sólo que hay a quienes esa meta los espolea cada día, y no se conforman con contribuciones pequeñas o para una sola persona, sino que buscan cambiar el mundo desde sus cimientos, y hay otros - la inmensa mayoría - para los que esa contribución está latente, sirviendo de guía última, de núcleo duro de los principios vitales, pero es difícil verla traslucir en los actos cotidianos.
Desde ese punto de vista, a mucha gente a mi alrededor les resulta difícil comprender qué puede hacer que alguien se decida por un trabajo en el sector de las telecomunicaciones como el mío, aparte de trabajar en algo que pague tus facturas y te permita cambiar el mundo... en tu tiempo libre. Pues hoy me encuentro con un artículo que demuestra, sin ser ésa su tesis principal, todo lo contrario, e ilustra cómo las contribuciones en este sector pueden cambiar (incluso revolucionar) el mundo, desde lo pequeño hasta lo más grande. No es la única manera que se me ocurre de cambiar el mundo con mi trabajo, pero acaso sí la más paradigmática. Os recomiendo que lo leáis entero (está en inglés), pero sobre todo la sección I, que ilustra lo que quiero decir. Aquí dejo en traducción libre una pequeña selección:
Durante los últimos miles de años, la vida en el estado sureño de Kerala, en la India, ha seguido el flujo de las mareas y las estaciones. La costa, encarada al Océano Índico, está salpicada de pequeños puertos llenos de viejas embarcaciones, los dhows. Originariamente comandados por comerciantes árabes, el dhow se ha convertido en la montura habitual de los pescadores de Kerala, quienes, cuando los vientos y las mareas lo permiten, salen al océano, echan sus redes y obtienen copiosas capturas. Con sus barcos llenos, navegan de nuevo hacia la costa, a los mercados de pescado que hay en cada uno de los puertos de Kerala. Los pescadores eligen puerto y mercado; nada les obliga a acudir a un determinado mercado a vender su pescado. Quizá un pescador recuerde que vendió a muy buen precio en un mercado la semana pasada y decida volver, para toparse con que media docena más de dhows acudieron con la misma idea. El mercado está ahora saturado de pescado, y el pescador debe vender su captura a precio casi regalado, si no quiere que se eche a perder. Así que hoy es un buen día para los compradores, pero el pescador no cubrirá sus gastos. Mientras tanto, unas cuantas millas más allá, hay un mercado abandonado hoy por la flota - quizá demasiados dhows acudieron la semana pasada - y no hay pescado que comprar, al precio que sea. Si un dhow llegara a ese puerto, su pescado alcanzaría un excelente precio. Pero hoy no es el caso, para frustración de mercado y compradores. Así han sido las cosas en la costa de Kerala durante miles de años, el encuentro imperfecto de compradores y vendedores en mercados con demasiada frecuencia sobresaturados o infraaprovechados.
Hace sólo unos años, algunas de las muchas compañías de telecomunicaciones indias dieron cobertura móvil GSM a la costa de Kerala. No hay nada extraño en ello, pues la India es, tras China, el mercado de mayor crecimiento de la telefonía móvil en el mundo. En el mercado indio, completamente desregularizado, la competencia de precios es feroz; un mensaje SMS suele costar un céntimo o dos, y sólo unos pocos céntimos el minuto de llamadas de voz. Tal vez estas cifras nos parezcan increíblemente baratas, pero si se tiene en cuenta la pobreza de la mayoría de los indios, es una barrera económica sustancial. Aun así, la perspectiva de comunicación instantánea y ubicua sedujo a uno de los pescadores de Kerala - probablemente uno de los más exitosos - y por primera vez un móvil se embarcó en un dhow (La cobertura GSM llega hasta 25 km mar adentro). Y, cuando ese móvil se embarcó en el dhow, algo inesperado, aunque perfectamente predecible, ocurrió. Ese pescador hizo una llamada a la costa. Esa primera llamada pudo haber sido completamente inocua; quizás llamó a un familiar o un amigo. Y quizás, en el transcurso de esa conversación, el pescador se enteró de que el mercado más cercano a su interlocutor no tenía pescado hoy. Así que el pescador se dirigió a ese puerto, y obtuvo pingües beneficios de su captura.
Los pescadores no trabajan de manera aislada; forman una comunidad, y comparten muchos conocimientos entre ellos. Así que, en poco tiempo, se sabría que un teléfono móvil en un dhow era una poderosa combinación - podía proporcionar al pescador grandes beneficios. Pronto, hasta el más modesto de los pescadores tuvo su propio móvil y, al entrar en el alcance de las torres GSM, llamó a puerto. Los pescadores discutían y regateaban con los compradores - que también se dieron cuenta de los beneficios de un móvil - desde sus barcos, y, aunque cada pescador actuaba de manera independiente, se creó una especie de red de arbitraje. Hoy en día, si hay buena pesca, hay suficiente pescado en cada uno de los mercados de Kerala - pero sólo lo suficiente, para asegurar un buen precio en el mercado. Los mercados están satisfechos, y también lo están los pescadores. Han aumentado los beneficios, para compradores y vendedores, hasta tal punto que un teléfono móvil, que costaba alrededor de un mes de beneficios para un pescador, se amortiza ya en sólo dos meses.
(...)
Una persona pobre con un móvil a menudo se vuelve menos pobre, subiendo uno o dos peldaños en la la escala de salarios. De hecho, un importante número de los microcréditos otorgados en Bangladesh, India y África financian la compra de un terminal móvil - el primer paso para mejorar la efectividad económica de una persona en el siglo XXI, independientemente de su nivel de ingresos, nacionalidad, sexo o cultura. Este hecho es ya meridianamente claro para los dos tercios de la humanidad que están a años luz de nuestro nivel de ingresos en el mundo occidental. De aquí el impulso por conectarse, por ser parte de la red. No es un impulso propugnado por el mercado, ni los operadores, ni los gobiernos. Es una migración del grueso de la humanidad hacia la red, impulsada por intereses económicos individuales.
(...)
Éste es Alberto Contador, recientísimo ganador del Tour de Francia 2007. Seguro que le habéis visto hasta en la sopa estos últimos días, desde ese mágico domingo, 29 de julio... Estaba cantado, Contador había resistido los envites de sus rivales en la contrarreloj del día anterior y el Tour estaba sentenciado, pero lo exiguo de su renta nos inquietaba: no sería la primera vez, nos repetíamos, expertos advenedizos y repentinos del deporte de las dos ruedas. Por eso, ese domingo, cuando Contador y todos los demás cruzaron la línea de meta que, como siempre, yacía en los Campos Elíseos de París, respiramos de alivio y de satisfacción, nos sonreímos y hasta nos emocionamos, dispuestos a celebrar como se merece tamaña gesta de nuestro deporte. Los pinteños y todos los madrileños, los barcarroteños, los extremeños y muchísimos otros leños habitantes de nuestra geografía nos lanzamos a las plazas, las calles y las fuentes en inusitado jolgorio, saltamos, bailamos y nos abrazamos, reímos y hasta nos mojamos en agua, champán y otros líquidos algo más modestos... De ello dieron buena cuenta todos los medios de comunicación, que elevaron a sus primeras planas este hecho de singular valor deportivo y humano, y se esforzaron por hacer llegar a todos los rincones esta euforia magnífica y redonda.
Seamos sinceros: ¿quién de vosotros conocía a Alberto Contador hace un par de semanas? ¿A cuántos de los enfervorizados jóvenes, pinteños o de otros pagos, que celebraban descamisados y empapados la victoria de Contador les gusta realmente el ciclismo? ¿Cuántos de entre ellos, y los miles más que más por edad y por formas que guardar que por falta de ganas se conformaban con abarrotar las plazas mayores en Madrid y Extremadura, se habrán subido encima de una bicicleta alguna vez en, digamos, los últimos diez años? ¿Cuántos, si se puede saber, habrán seguido fielmente el Tour, la Vuelta, el Giro o la Marcha Cicloturista de Pinto (si es que existe) estos últimos años sin Contador? ¿Cuántos de entre ellos, me atrevería a preguntar, no sabrían definir con precisión lo que es una contrarreloj?
No importa. Somos así. En el fondo nos da igual Contador, el Tour, la Champions o el Mundial de Piedra Papel o Tijera. Hoy está de moda el deporte, y ésa es la excusa. Porque lo que realmente nos gusta a nosotros es la FIESTA. Salir en la tele descamisaos, empapados de champán y dando botes de alegría, que por un día no te echen la bronca por bañarte en la fuente del pueblo, que se monte un botellón guapo con la aquiescencia de policía y autoridades, dejar lo que quiera que estuvieras haciendo y salir a celebrar, qué más da por qué. Y a ver quién es el guapo que nos culpa por ello...
La página del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, hojas para apuntar gastos entre amigos, mashups, vídeos en Silverlight... Son ideas. Si cristalizan, por aquí las veréis; si no, el olvido se ocupará de ellas, concienzudo barrendero de nuestras cabezas.
Soy adicto a 11870. No es que esté constantemente visitando la página, no, no es de esas adicciones que reclaman un minuto de tu vida cada diez. Pero soy adicto, lo noto. Ya no puedo ir a ningún sitio de visita, de viaje o incluso salir a tomar unas cañas sin antes mirar qué sitios recomienda la gente allí en 11870. Me gusta su estructura geográfica, la posibilidad de buscar por lugar o por contactos, que esté integrado con Google Maps, su sistema de guardarte un sitio cuando te apetece, sin preguntarte por qué, las opiniones de la gente que dan muy buen rollito, hasta su blanco de fondo me gusta... Y lo mejor de todo es la idea de que hubo un momento, en el principio, en que 11870 no era nada, no tenía ningún sitio indexado, y sus creadores la dieron al mundo para que el mundo se autodescribiese en forma de constelación de bares, cafeterías, hoteles, restaurantes y hasta tintorerías o fruterías. De aquel principio heredamos hoy ese placer de añadir un sitio que nadie antes había añadido, lo cual aún es posible ahora, que aún queda mundo por cartografiar en 11870, pero seguro que pronto se hará difícil...
Eh, y si os apuntáis, quiero ser vuestro contacto...
Como ya me había anticipado el sorprendido en persona, la lectura de este libro está calando en mí y aumentando imparablemente mis tendencias al purismo lingüístico. No soy yo precisamente un poeta, y en más de una ocasión caeré no sólo en el error de emplear otras palabras en vez de la idónea, sino en multitud de incorrecciones semánticas, léxicas, sintácticas y aun ortográficas (no sería la primera vez, y aprovecho para agradecer a quien se da cuenta y me lo dice para que rápidamente efectúe, con nocturnidad y por detrás, las correcciones necesarias). Y sin embargo este librito me está haciendo reflexionar sobre la importancia del buen hablar y escribir.
Yo siempre he pensado, sin darle muchas vueltas, que al idioma había que dejarlo estar, y actuar con él como usuarios y no como administradores. Siempre había cuestionado la necesidad de normativas como las impuestas por las Academias, que no deberían hacer sino poner por escrito en la Gramática lo que se constata que existe en la calle, en vez de intentar forzar a que exista lo que primero se ha normado. En definitiva, que por encima de todo el idioma es un sistema autorregulado, que admite o desestima los cambios que en él se producen de manera natural, aplicando implacablemente su regla básica: asegurar el entendimiento de las personas que lo hablan. Y sin embargo, aun antes de terminar el dichoso libro, y no sé muy bien por qué, ya no estoy tan seguro...
La clave de este cambio de opinión, sin darle muchas más vueltas, está en darme cuenta de que cambios son evoluciones o involuciones, de que si la riqueza del idioma se pierde ya no se puede recuperar y, finalmente, de que un idioma suficientemente flexible y expresivo es necesario para permitir el desarrollo de las gentes que lo hablan, o puesto al revés, un idioma demasiado pobre encorseta a sus hablantes (evito por miedo aunque quisiera incluirla la palabra sociedad, en vez de hablantes, y antes gentes), no permitiéndoles excogitar todas sus ideas por falta de palabras con que expresarlas.
Total: que se necesitan buenos escritores (según la primera acepción, la más elemental), y más que en ningún sitio allá donde la gente más lee: periódicos y revistas, rótulos televisivos (sí, en los programas del corazón también, por favor)... y, por supuesto, blogs. Haré cuanto pueda...
Me gusta esta visión hecha desde el futuro. Si algo tiene de cierto, aun sólo parcialmente, me hace sentir como si hoy yo estuviera en el meollo del nuevo big bang que dará lugar al mundo del futuro... lo cual me hace inevitablemente pensar, escéptico, que acaso sea una visión demasiado sesgada, creada por la misma gente a la que va dirigida. ¿O acaso no...?
Vía Read/WriteWeb
Primero fue esto. Ah, ¿sí? Pues toma esto. Y esto y esto.
¿Significa esto que el gobierno puede dejar en pause a la Guardia Civil y a la justicia a su antojo, y darle al play cuando le apetezca? ¿Son éstas las cartas que había sobre la mesa durante la negociación? Creedme que durante el proceso nunca me identifiqué demasiado con la gente del No en mi nombre. Ahora que se ha acabado, sin embargo, sale todo lo peor. Sinceramente, no estoy en contra de que el gobierno negocie escuche, se reúna en mi nombre. Pero que negocie con sus armas, con nada más. Ni la justicia ni la seguridad. Me gustaba creer que el gobierno es un actor más - ha sido duro darme cuenta de que el Gran Hermano de 1984 o el gobierno americano de Expediente X son más ciencia que ficción.
Qué le voy a hacer si cada vez
para mí, la música
tiene más sentido como intérprete
que como consumidor.
Qué le voy a hacer si obtengo
placer
de donde otros sólo obtienen dolor,
hastío
de donde otros placer.
Qué le voy a hacer si creo
en la amistad
de manera compulsiva,
recurrente,
incorregible.
Qué le voy a hacer si hace
tres minutos
no tenía ni idea
de que iba a escribir en mi blog.
Y voy ya por la vigésima línea.
Y ya acabé.
Abajo el sentimiento único
Abajo la ley D'Hondt del reparto de tu tiempo
Abajo los ateos que se casan por la iglesia
Abajo los que miran raro
Abajo los que a mí me parece que miran raro
Abajo el doble rasero
Abajo el egoísmo hemeísmo
Abajo hacerme amiga de la novia del amigo de mi novio
Abajo los carriles
Abajo los relojes
Que bajen todos
Y que suba yo
Llevo un tiempo siendo bombardeado con un montón de noticias que me impactan concernientes a las recientes elecciones municipales y autonómicas españolas. Creo que son noticias que a veces pasan inadvertidas, otras provocan la risa ocasional y casi siempre caen en olvido antes de que acabe el café en que se discuten. De ese olvido rescato aquí un par de ellas:
- El autobús de campaña (de dos pisos) del PP de Alcalá de Henares (que lidera Bartolo 2007, anterior y futuro alcalde) se avería en la céntrica plaza de Cervantes, justo enfrente del balcón que el PSOE había engalanado con sus pancartas de propaganda, resultando por ende de todo punto inamovible. Aprovechando la azarosa coincidencia, un concejal del PP y treinta amigos trepan por el autobús al balcón, a ver qué encuentran.
- Alrededor de una hora después de que se hagan públicos los primeros escrutinios, Celia Villalobos proclama pletórica que las elecciones han sido un éxito rotundo para el Partido Popular. Unos segundos después, preguntada por las alcaldías y autonomías en las que su partido iba a perder el poder, pregona la prudencia infinita como única valoración posible en tan prematuro estado del escrutinio.
- En ese mismo espacio, casi al alimón con su compañera de profesión, Carme Chacón proclama pletórica que las elecciones han sido un éxito rotundo para el Partido Socialista. Unos segundos después, preguntada por el descalabro que su partido iba a sufrir en Madrid, pregona la prudencia infinita como única valoración posible en tan prematuro estado del escrutinio.
Si cae mejor el político que menos promete en vez del que más cumple, si el photoshop y los liftings se alían contra el tiempo y la vergüenza en los carteles, si la gente ha votado claramente "en clave local" o "en clave nacional" según me convenga, si todos los partidos hacen fiesta para celebrar los resultados porque todos han ganado las elecciones, y son capaces de sostener esa opinión ante una pantalla de claros y objetivos datos... No, está claro que no vivo en una república bananera, porque España es desde hace muchos años una monarquía constitucional.
Últimamente me vienen muchos recuerdos de la patria chica sueca. Aquí os dejo lo que más pegaba en aquel momento y en aquel lugar: la versión de Kent del tópico Tempus fugit...
Pequeñas luces blancas
Sólo estrellas entre los árboles
Veo casas oscuras
Y carriles de autopista
Un pulso constante
Sobre puentes, atravesando ciudades
Y por ti
Viajamos otra vez
Contamos días, contamos años
Un brillo de sol, un aroma de primavera
Pronto llega la lluvia como una ola
Y se lleva
Todo menos la música...
Tellement loin de ce monde
Tellement loin de ce monde
Tellement loin de ce monde
Te quedas dormida
Tu cabeza contra la ventanilla
Y junto a tu carrillo
Se agita el vaho como un sueño
Pestañeo
Puedo vivir sin lágrimas
Pero por ti
Yo hago lo que sea
Contamos días, contamos años
Un brillo de sol, un aroma de primavera
Pronto llega la lluvia como una ola
Y se lleva
Todo menos la música...
Tellement loin de ce monde
Tellement loin de ce monde
Tellement loin de ce monde
J'ai perdu mes repères
Je nage en eau trouble
Emmène-moi aussi loin que possible
Les paysages défilent et la brume se dissipe
Grâce à toi à nouveau je respire
Tellement loin de ce monde
Tellement loin de ce monde
Tellement loin de ce monde
Kent - FF
Se trata de un sentimiento creciente, volcánico, que se manifiesta en el brillo vivaz de los ojos, la subida del ritmo respiratorio, el aumento de la temperatura corporal, las frecuentes expresiones de alegría y regocijo en el evento futuro, con palabras que manan a borbotones y la sonrisa luminosa y las manos que dirigen la orquesta del mundo en arrebatos que el paciente apenas puede controlar.
No tiene contraindicaciones; incluso en grandes cantidades se ha demostrado que sus propiedades beneficiosas superan a sus efectos negativos (que, de mostrarse, suelen hacerlo en un momento posterior, cuando ya todo acabó).
No dejen de probarla.
Impresionante esta presentación sobre el mundo del siglo XXI. Me ha dejado anonadado...
Si podéis, os recomiendo encarecidamente que la leáis directamente, no es sólo lo que dice sino cómo lo dice. Pero por si acaso, en español os dejo las mejores perlas:
Te quiero por tu sonrisa. Por cuando te pones nerviosa y apartas la mirada. Por cuando te pones nerviosa y, aun sin apartarla, se te nota tanto... Te quiero por cómo sabes siempre hacer la pregunta que toca. Por cómo te preocupas. Por cómo me haces sentir siempre que estoy ahí. Te quiero.
Te quiero por las caras que pones cuando quieres poner caras, que nunca expresan lo que querías, y siempre algo más gracioso. Te quiero, aunque a veces te odie, por cómo haces de mi madre ausente. Por las veces que me cuidas. Te quiero, sobre todo, cuando te pones a hablar deprisa, y a preguntar "¿Síii?" si alguna vez acierto con algo que te toca adentro... Te quiero.
Te quiero porque sí. Porque así lo he aprendido, y ni quiero ni puede ser de otra manera. Te quiero por tu exagerada imparcialidad, por la lágrima que asoma en cada partida, porque siempre estás y estarás a mi lado, tan cerca... Te querría aunque no hubieras dado tu vida por mí. Te quiero.
Te quiero cuando sonríes con cara de pillo. Te quiero cuando te das media vuelta y no sé en qué piensas y luego otra media y me vuelves a hablar. Te quiero por tu vida seria y alegre. Porque para ti, a pesar del tiempo, ya no necesito demostrar nada más. Te quiero.
Os quiero...
Imagina tareas tales como escribir una enciclopedia que englobe todo el saber de la humanidad; recopilar una foto de cada objeto, situación o lugar imaginables; escribir una artículo sobre cada noticia que ocurra en cada momento en cada país, ciudad, pueblo, aldea o vecindario del mundo; o describir todas las imágenes de internet. Supongo que a nadie le gustaría ponerse en la piel del responsable de ninguna de esas tareas: son abiertamente inabarcables. No se trata, quizá, de tareas infinitas (al fin y al cabo, ocurren un número finito de noticias relevantes, y hay un número grandísimo pero finito de imágenes en internet), pero sin duda ninguna persona, equipo humano o empresa es capaz de llevarlas a cabo: las tareas están, claramente, en un orden de magnitud superior.
Y sin embargo, (casi) cualquier cosa que busco la encuentro en Wikipedia. En Flickr tengo fotos de cualquier objeto o lugar. Buscando en blogs, en Digg o incluso en Google puedo leer un artículo y una opinión de básicamente cualquier noticia. Una persona, diez, cien o mil... siempre estarán un orden de magnitud por debajo de esas tareas; pero si hablamos de la comunidad, de todos los usuarios de internet, de la Red... hemos salvado de un salto ese orden. Sólo con toda internet como autora se puede escribir Wikipedia. Sólo con toda internet como fotógrafa puede existir Flickr. Sólo con toda internet como periodista puedo crear Digg.
¿Y qué hay de la descripción de todas las fotos que hay internet? Está claro que contratar un equipo de esclavos que naveguen veinticuatro horas al día y describan y etiqueten todas las fotos que vean por la red no va a ser suficiente, por muy ágiles que sean etiquetando y por poco que les dejemos dormir: internet siempre crecerá más rápido. Que lo hagan las máquinas: no quiero ni pensar los millones de euros (muchísimos) que se han invertido (y se seguirán invirtiendo) en desarrollar complejos sistemas de reconocimiento de imágenes que sean capaces de ver una imagen con ojos como los nuestros, y concluyan, sin intervención humana de por medio: "es un perro". Hoy por hoy, y por muchos años, la mitad de las veces ese perro será un gato, un ciempiés, una mesa camilla, el mapa de Malta o la portada de un disco de Massiel...
Y van los de Google y se les ocurre esto. De la manera más simple, ponen a toda la Red a describir, de gratis, rápido e intentando hacerlo lo mejor posible, todo el catálogo de fotos indexado por Google Imágenes. Y encima, después de pasar un buen rato haciéndoles su trabajo, contribuyendo a destajo a mejorar su buscador... te sientes agradecido a ellos, y, picado, necesitas jugar sólo un ratito más... sin darte cuenta de que Google, así de fácil, acaba de encontrar para esa tarea un brazo ejecutor de su mismo orden de magnitud.
(Gracias, Borja, por enseñarme el jueguecito...)
¿Tenéis vuestro propio blog? ¿Alguna vez os habéis planteado empezar uno? ¡¡No lo hagáis, insensatos!! ¡No sabéis lo que os espera!
Soy uno más. Al menos eso me consuela. Parece que es un síndrome ya muy estudiado, mis síntomas son descritos minuciosamente, uno a uno... Y leo, casi con el rabillo del ojo, nuevos síntomas, siguientes pasos de este virus que me inocularon hace unos pocos meses... ¿Seguiré yo esa evolución? ¿Es eso lo que me espera? Ya os contaré... Mientras tanto, para qué mentir (y menos en mi blog), infectado vivo muy contento.
Ya llegó el verano a Madrid. Anteayer era invierno, y hacía frío y llovía. Pero hoy ya es verano. Y no se nota sólo en el tiempo: la calle está llena de gente, vuelven las camisetas de tirantes y los pantalones cortos, se llenan los parques de concursantes de la operación bikini '07 haciendo footing, surgen las sillas de las terrazas como setas, con cliente sentado incluido... No puede ser que todo el mundo se haya puesto de acuerdo para salir hoy. No me lo creo. Ni siquiera me creo que todo parta de un propósito consciente derivado de la asimilación de que hoy hace un día magnífico. Yo creo que es más visceral, lo llevan en la sangre. Estos madriditas se han acostumbrado, tienen un interruptor de dos posiciones, invierno/verano, y al hacer ¡clic! los efectos son inmediatos. En fin. Disfrutémoslo. Apaguemos la calefacción... y encendamos, sin solución de continuidad, el aire acondicionado.
Se busca gente que quiera irse de viaje conmigo. Por favor absténganse a los que no les importe.
Importante en mi vida, importante en mi blog...
Hace unos días referencié un artículo sobre Darfur. Desde entonces, me han llegado un par de cosas más sobre el tema que igualmente me siento impulsado a diseminar.
Mi amiga Elena (¡gracias!) me enseñó lo que cuenta Médicos Sin Fronteras sobre Darfur. Es otra opinión de quienes trabajan sobre el terreno.
Hace un par de días leí en 20 minutos sobre otra iniciativa que persigue que conozcamos más sobre lo que ocurre allí. Se trata de un complemento para los que usáis Google Earth que permite ver sobre el mapa fotografías y testimonios recopilados en Darfur, además de las propias imágenes de satélite de la zona que se han incluido con gran nivel de detalle.
Si es que un mayor conocimiento de la situación puede contribuir de alguna manera a mejorarla, continuaré desde aquí mi modestísima aportación.
Lanzó una fugaz mirada atrás, se volvió y salió corriendo hacia el paso de cebra. No tardó más de un segundo. Un ruido sordo, seco, seguido del chirrido de las ruedas frenando apresurada e inútilmente. Como si ella fuera su muñeca de vudú, el hombrecillo verde del semáforo se volvió, en un momento que pareció durar un siglo, de color rojo sangre.
Twitter es lo que más pega. Echadle un vistazo (Disclaimer: ¡he cogido un usuario público al azar!).
Es un servicio súper sencillo y en eso está su gracia. Lo básico: te registras en su web y cuando te apetece escribes un mensajito diciendo lo que estás haciendo en ese momento, lo que se te pasa por la cabeza... ¡lo que sea! Todos los amigos que estén suscritos a ti recibirán el mensajillo en sus páginas de Twitter. Además, por supuesto, tú puedes suscribirte a tus amigos para que te lleguen sus mensajes a tu página. ¡Sin más!
¿Qué más? Pues por ejemplo puedes añadir tu móvil para mandar (pagando) y recibir (gratis) mensajes de Twitter. Así, cada vez que uno de tus amigos escriba un mensajito, te llegará a tu móvil. También se pueden mandar mensajes personales (que no van a todos tus suscriptores, sino sólo a uno en concreto), tanto desde el móvil como desde la web. Es decir, que a no ser que me demuestren lo contrario, con sólo dar de alta tu móvil en la web de Twitter (para lo cual te piden mandar un SMS al Reino Unido) ya puedes mandar todos los mensajes a móvil que quieras gratis desde tu PC a todos tus suscriptores... tampoco está mal mirado desde ese punto de vista.
Pero Twitter es, filosóficamente hablando, un diseminador de pensamientos aleatorios, un microblog del aquí y el ahora, un ventilador de ideas fugaces en el ciberespacio... y en el espacio real. ¿Qué estará haciendo ahora mismo la gente del mundo? ¿Qué escribirán en sus Twitters? Si son públicos, cada mensaje tendrá su segundo de gloria en la Twittervision. Es abrirla y quedarte embobado delante de la pantalla... un vicio.
¡Eh! Si os dais de alta avisadme para que nos suscribamos mutuamente...
En homenaje a mi hermano, que ha encontrado en KT a la mujer de su vida. Ay, cuando ella lo sepa...
Mira que lo intento, procuro evitarlo, pensar en otra cosa, pero cuando me doy cuenta ya he vuelto a caer... otra vez estoy mirando viajes. Entre mis sueños más recurrentes últimamente están los siguientes:
Islandia
Glaciares y volcanes, hielo y fuego, auroras boreales, fuentes termales, paisajes imposibles... Un sueño recurrente desde mi más tierna infancia (mucho antes de elegir Islandia para mi trabajo de sociales en 7º de EGB...)
Creta
Si unimos los inicios de la civilización tal y como la conocemos hoy, con una isla paradisíaca en mitad del Mediterráneo... ¿no se convierten en las vacaciones perfectas? Χρόυια και χρόυια!
Grecia
Desde que pasé fugazmente por allí, tengo la espinita clavada porque Grecia es mucho más que Atenas, que Creta, mucho más que las islas del Egeo, que Meteora... aunque si sólo fuera eso, ¿no sería ya suficiente? Además, da la impresión de mantener ese encanto de pueblo, de vieja del yogur, de tradiciones centenarias... Me encantaría recorrerla entera.
Hondarribia
Para que veáis que no todos mis sueños me llevan tan lejos... Siendo una zona que me pilla relativamente cerca, nunca he estado en San Sebastián, Hondarribia, Biarritz... y me han dicho que es muy bonito. Así que intentaré aprovechar allí la estancia en el parador...
Si habéis estado en cualquiera de estos sitios, se aceptan (¡se necesitan!) consejos: ¿Os gustó el viaje? ¿Qué es lo que más? ¿Qué no hay que perderse? A ver si consigo realizar todos estos viajes, si no es este año, el que viene, o...
¿Y en qué destinos pensáis vosotros?...
[Por cierto, las fotos son de Flickr.]
¿Hace cuánto que alguien pensó en lo útil que sería poder hablar por teléfono desde cualquier sitio? ¿Cuánto que a alguien se le pasó por la cabeza poder escuchar la radio mientras das un paseo? Quizá más de lo que pienses... Que la tecnología no estuviese preparada para conseguirlo no impidió a algunos visionarios inventar la manera de intentarlo, y el Museo de las Interacciones Perdidas (qué nombre más bonito), en Escocia, es el lugar donde todos esos visionarios tienen su lugar en el recuerdo.
Más ideas visionarias, algunas con menos fortuna que otras (pero mucho más graciosas en contrapartida - este rifle por ejemplo parece recién salido de un monólogo de Gila), se recogen de cuando en cuando en el blog de Modern Mechanix. Todo un homenaje al ingenio humano...
Últimamente por las paredes resuenan comentarios sobre tendencias sexuales. Que si ése es gay, que si la otra lesbiana. Que si a mí me encantan las mujeres, que si yo máximo respeto. Gay o straight, homo o hetero. Ilusos.
Como si ésa fuera una gran diferencia.
Sólo o con pareja. Soltero o acompañado. Ésa es la gran brecha, he ahí la gran distinción. Hoy soy homófobo de los chicos que se besan en el parque, heterófobo de la pareja de recién casados; a todos ellos los miro desde la otra acera.
Hace unos cuantos días que trasteo con Geni, el árbol genealógico online. Me parece que es un muy buen servicio y por eso me he decidido a contároslo, por si no lo conocéis:
- Es muy fácil construir el árbol genealógico de tu familia.
- Es muy fácil invitar a tus familiares para que vean el árbol y contribuyan a él, añadiendo sus propios familiares, sus datos personales, antepasados... Así el árbol va creciendo de una manera descentralizada.
- Es útil como repositorio de información familiar: para consultar el teléfono de la prima Paula, averiguar el email de la tita Lourdes, felicitar el cumpleaños de tu sobrino Pepe, descubrir que tu primo el de Cuenca ya aprobó las oposiciones de bombero o que el tío abuelo de tu cuñada fue ministro en Ecuador... vete tú a saber.
- Y por supuesto, toda la información es privada, sólo visible a los miembros del árbol.
En mi familia cercana, que no es la más internetizada del mundo, ni la menos, ha hecho bastante furor. Supongo que en familias más extensas, más desperdigadas geográficamente, más adictas a internet o con comunicación muy cercana, el furor puede ser mayor.
Como único pero veo el hecho de que no esté (aún) en español, lo cual siempre puede ser un problema si quieres que contribuya desde el primito Jaimito a la tía Enriqueta... pero parece ser que es cuestión de tiempo.
Si lo probáis, ya me diréis si os gusta o no.
Llega ya la primavera, y nos deja estampas como ésta de Burgos (gracias, Ricardo) y cuarenta centímetros de nieve...
Aunque claro, la primavera nada tiene que ver con el tiempo...
(Marwan - La Epidemia)