25 marzo 2008

Legitimación del frikismo

Leo en the human network (un blog que me encanta [lo veréis en los enlaces de la derecha como Hyperpeople, tengo que actualizar el nombre] - ¿cómo consigue Mark Pesce decir tantas cosas con sentido y fácilmente comprensibles hablando de temas tan etéreos?) un artículo brillante sobre los wikis, en el que, ya puestos, se incluye un mensaje que a mí me ha llegado más: una suerte de legitimación antropológica y social del fenómeno friki.

El autor no menciona en ningún momento esa palabra, pero habla claramente de la misma cosa: la especialización a la que se llega a través de la obsesión bien entendida. Explica cómo, en la prehistoria, esas obsesiones aumentaban las posibilidades de supervivencia. Y cómo hoy en día cada persona pasa invariablemente por obsesiones por etapas - una muy común en los niños que comienzan a hablar es la obsesión por el lenguaje. Cuenta además cómo su forma de ser, de un agudo frikismo, le ha causado problemas en la vida (sin ir más lejos, es causa de su carencia de un título universitario) pero le ha llevado a grandísimos éxitos en su carrera profesional.



Frikismo es ser diferente. Es destacar. Es apasionarse. Y es estar orgulloso de ello. Todas ellas son cualidades que quien me conozca sabe que no son mis preferidas. En un test DISC, obtuve SCI: perfil "pacificador". O sea, que soluciono conflictos, allano irregularidades, suavizo discrepancias, igualo diferencias. Y más allá del test, así soy...

Y sin embargo, de un tiempo a esta parte, me estoy radicalizando en mis frikeces, y, sobre todo, convenciéndome de la importancia (¡de la necesidad!) de ser friki (en sentido amplio). Iniciar un blog fue la primera piedra de ese camino...

23 marzo 2008

Arte y matemáticas

Hace unos días tuve la oportunidad de visitar la exposición Genau+anders ("exacto y diferente") del MUMOK de Viena y quedé entusiasmado... De un plumazo, quedaron legitimadas (para mí, claro) algunas de mis frikeces más arraigadas, y además pude ver maravillosas obras de arte realizadas con la premisa básica de plasmar simples relaciones numéricas o matemáticas.


Dos me gustaron por encima del resto: las Quince variaciones sobre un mismo tema de Max Bill, en las que partiendo de una serie de polígonos regulares de igual lado se obtienen dibujos geniales, como el que veis arriba; y el descubrimiento de Perspectiva Corporum Regularium, un compendio de poliedros cuidadosamente ordenados y deliciosamente dibujados en un libro que data del siglo XVI. A ver si me hago con ellos...

19 marzo 2008

De dones y látigos (I)

Decía Capote (a mí esto me lo contó Almodóvar, principiando Todo sobre mi madre) que "...cuando Dios nos ofrece un don, al mismo tiempo nos entrega un látigo, y éste sólo tiene por finalidad la autoflagelación.”. Yo, que soy pródigo en dones (nótese que esta afirmación no tiene nada en absoluto de pretenciosa ni un átomo de vanidad, pues un don es, por definición, algo que viene dado y en lo que el receptor no tiene ni arte, ni parte, ni por supuesto mérito ninguno; creo además que cabe solamente - y es bueno y saludable - hacer repaso íntimo de los dones de uno mismo, agradecer al Dios que menciona Capote - si se cree en él - los que se tienen y ser conscientes lo antes posible de los que se carecen), estoy también orgulloso de mi látigo, que es largo y áspero y golpea a menudo, aunque claro, nunca tanto como a yo-látigo nos (me) gustaría.



Si fuese un don, estaréis conmigo que el don supremo sería la felicidad. Al fin y al cabo, vale más que ser guapo, saber mover las orejas, tener buena mano para la pintura, un alto coeficiente intelectual o una flexibilidad especial en los abductores; digamos que todos ellos son las herramientas con las que contamos, en el punto de partida, para alcanzarla. Entonces, ¿puede ser que ese don supremo lleve aparejado su supremo látigo?

(Parte II) (Parte III)

06 marzo 2008

El inadaptado

El otro día me encontré a la mujer, todo emperifollada y en su salsa mientras esperaba a que estuviese listo el café que su compañero se estaba sacando de la máquina. ¿Eso te vas a tomar?, reía ella, señalando la máquina que chirriaba y gruñía y jugaba -tal sonaba- con los ingredientes del brebaje.


Yo, que pasaba por allí, sin pensarlo dos veces le espeté: "Dentro de cada una de estas máquinas hay un enano que, cuando cae el dinero, prepara a toda prisa el café y lo sirve por la ranura. Son unas condiciones de trabajo bastante insalubres, y se cobra sólo el salario mínimo, pero claro, siendo enano, y dejando de lado el circo, hoy en día está bastante complicado encontrar un trabajo...". Con cara espantada, la mujer se giró hacia mí, dio dos pasos titubeantes y salió apresurada de la sala sin decir ni mu.

01 marzo 2008

Descuido

El otro día, un amigo mío se olvidó el abrigo en el maletero de mi coche. Cada día me sorprende verlo al entrar en mi habitación. Su abrigo me trae recuerdos de él, de su descuido, de los buenos momentos juntos, de que ya no nos vemos tanto como antes.



Sed mis cómplices, por favor, y no me gritéis cuando, haciéndome el descuidado, vaya dejando mis cosas en vuestro camino…