27 junio 2007

11870

Soy adicto a 11870. No es que esté constantemente visitando la página, no, no es de esas adicciones que reclaman un minuto de tu vida cada diez. Pero soy adicto, lo noto. Ya no puedo ir a ningún sitio de visita, de viaje o incluso salir a tomar unas cañas sin antes mirar qué sitios recomienda la gente allí en 11870. Me gusta su estructura geográfica, la posibilidad de buscar por lugar o por contactos, que esté integrado con Google Maps, su sistema de guardarte un sitio cuando te apetece, sin preguntarte por qué, las opiniones de la gente que dan muy buen rollito, hasta su blanco de fondo me gusta... Y lo mejor de todo es la idea de que hubo un momento, en el principio, en que 11870 no era nada, no tenía ningún sitio indexado, y sus creadores la dieron al mundo para que el mundo se autodescribiese en forma de constelación de bares, cafeterías, hoteles, restaurantes y hasta tintorerías o fruterías. De aquel principio heredamos hoy ese placer de añadir un sitio que nadie antes había añadido, lo cual aún es posible ahora, que aún queda mundo por cartografiar en 11870, pero seguro que pronto se hará difícil...

Eh, y si os apuntáis, quiero ser vuestro contacto...

25 junio 2007

Se necesitan buenos escritores

Como ya me había anticipado el sorprendido en persona, la lectura de este libro está calando en mí y aumentando imparablemente mis tendencias al purismo lingüístico. No soy yo precisamente un poeta, y en más de una ocasión caeré no sólo en el error de emplear otras palabras en vez de la idónea, sino en multitud de incorrecciones semánticas, léxicas, sintácticas y aun ortográficas (no sería la primera vez, y aprovecho para agradecer a quien se da cuenta y me lo dice para que rápidamente efectúe, con nocturnidad y por detrás, las correcciones necesarias). Y sin embargo este librito me está haciendo reflexionar sobre la importancia del buen hablar y escribir.

Yo siempre he pensado, sin darle muchas vueltas, que al idioma había que dejarlo estar, y actuar con él como usuarios y no como administradores. Siempre había cuestionado la necesidad de normativas como las impuestas por las Academias, que no deberían hacer sino poner por escrito en la Gramática lo que se constata que existe en la calle, en vez de intentar forzar a que exista lo que primero se ha normado. En definitiva, que por encima de todo el idioma es un sistema autorregulado, que admite o desestima los cambios que en él se producen de manera natural, aplicando implacablemente su regla básica: asegurar el entendimiento de las personas que lo hablan. Y sin embargo, aun antes de terminar el dichoso libro, y no sé muy bien por qué, ya no estoy tan seguro...

La clave de este cambio de opinión, sin darle muchas más vueltas, está en darme cuenta de que cambios son evoluciones o involuciones, de que si la riqueza del idioma se pierde ya no se puede recuperar y, finalmente, de que un idioma suficientemente flexible y expresivo es necesario para permitir el desarrollo de las gentes que lo hablan, o puesto al revés, un idioma demasiado pobre encorseta a sus hablantes (evito por miedo aunque quisiera incluirla la palabra sociedad, en vez de hablantes, y antes gentes), no permitiéndoles excogitar todas sus ideas por falta de palabras con que expresarlas.

Total: que se necesitan buenos escritores (según la primera acepción, la más elemental), y más que en ningún sitio allá donde la gente más lee: periódicos y revistas, rótulos televisivos (sí, en los programas del corazón también, por favor)... y, por supuesto, blogs. Haré cuanto pueda...

18 junio 2007

Prometeus



Me gusta esta visión hecha desde el futuro. Si algo tiene de cierto, aun sólo parcialmente, me hace sentir como si hoy yo estuviera en el meollo del nuevo big bang que dará lugar al mundo del futuro... lo cual me hace inevitablemente pensar, escéptico, que acaso sea una visión demasiado sesgada, creada por la misma gente a la que va dirigida. ¿O acaso no...?

Vía Read/WriteWeb

13 junio 2007

No en mi nombre

Primero fue esto. Ah, ¿sí? Pues toma esto. Y esto y esto.

¿Significa esto que el gobierno puede dejar en pause a la Guardia Civil y a la justicia a su antojo, y darle al play cuando le apetezca? ¿Son éstas las cartas que había sobre la mesa durante la negociación? Creedme que durante el proceso nunca me identifiqué demasiado con la gente del No en mi nombre. Ahora que se ha acabado, sin embargo, sale todo lo peor. Sinceramente, no estoy en contra de que el gobierno negocie escuche, se reúna en mi nombre. Pero que negocie con sus armas, con nada más. Ni la justicia ni la seguridad. Me gustaba creer que el gobierno es un actor más - ha sido duro darme cuenta de que el Gran Hermano de 1984 o el gobierno americano de Expediente X son más ciencia que ficción.

12 junio 2007

Qué le voy a hacer

Qué le voy a hacer si cada vez
para mí, la música
tiene más sentido como intérprete
que como consumidor.
Qué le voy a hacer si obtengo
placer
de donde otros sólo obtienen dolor,
hastío
de donde otros placer.
Qué le voy a hacer si creo
en la amistad
de manera compulsiva,
recurrente,
incorregible.
Qué le voy a hacer si hace
tres minutos
no tenía ni idea
de que iba a escribir en mi blog.
Y voy ya por la vigésima línea.
Y ya acabé.

03 junio 2007

Manifiesto abolicionista

Abajo el sentimiento único
Abajo la ley D'Hondt del reparto de tu tiempo
Abajo los ateos que se casan por la iglesia
Abajo los que miran raro
Abajo los que a mí me parece que miran raro
Abajo el doble rasero
Abajo el egoísmo hemeísmo
Abajo hacerme amiga de la novia del amigo de mi novio
Abajo los carriles
Abajo los relojes

Que bajen todos
Y que suba yo