01 octubre 2007

Visiones


Sabéis, o al menos intuís, los asiduos que me gustan las visiones, entendidas (correcta o incorrectamente) como excogitaciones acerca de cómo será el futuro, normalmente en un ámbito concreto y a una distancia temporal limitada. Me gusta pensar además que tengo un trabajo de visionario, aunque en el día a día eso pueda estar a años luz de la realidad. El caso es que, entre visión y visión (propia o ajena), voy vislumbrando ideas acerca del propio ejercicio de "visionar".

Cada vez tengo más clara, por ejemplo, la importancia de las visiones, buenas o malas, como estimulantes de ideas, invitaciones a la reflexión, y a la innovación. Hay muchas veces en que una persona concibe una buena idea, pero no es capaz de imaginar más allá, de llevarla un poco más lejos y convertirla en una brillante realidad o incluso en una idea mejor. Al compartir su visión, permite que otro pueda tomar esa rienda y recorrer ese camino. Y, aunque una visión sea absurda, siempre es capaz de excitar la imaginación y producir en algún lector una idea mejor.

Otra cosa que voy entendiendo son las diferentes cualidades necesarias para ser un buen visionario según el plazo de la visión. Es decir, lo fácil que es atrincherarse a una determinada distancia en el futuro, como los bueyes que siempre van por delante del carro, pero siempre a la misma distancia, la que marca la yunta. Es difícil ser capaz de imaginar, con regularidad, cómo podrá ser el futuro a diez años vista en el campo de las aplicaciones de telemedicina, póngase por caso. Pero más aún lo es, a mi modo de ver, tener clara en el entendimiento una evolución, de visión en visión, de ese mismo campo a lo largo del tiempo, y ser capaz de acomodar las nuevas visiones en esa línea temporal. Hay quien es un excelente visionario de las acciones que mañana subirán en bolsa, quien tiene un don para ver la evolución de la economía nacional durante este año, y quien es muy talentoso imaginando la coyuntura económica mundial a cincuenta años vista. Sólo que es muy difícil que esas tres personas sean la misma. Y es que se necesita una habilidad especial para poder vivir (e imaginar) siendo consecuente con las visiones que se tienen a distintos plazos.

Y para dar el toque techie a esta entrada, os dejo dos enlaces (de Read/WriteWeb) que son ejemplos, por lo atinado (que parecen, claro, porque habrá que ver qué nos depara el futuro), de buenos ejercicios de visión, sobre el futuro de la web. Que los disfrutéis: uno y dos.

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