01 marzo 2008

Descuido

El otro día, un amigo mío se olvidó el abrigo en el maletero de mi coche. Cada día me sorprende verlo al entrar en mi habitación. Su abrigo me trae recuerdos de él, de su descuido, de los buenos momentos juntos, de que ya no nos vemos tanto como antes.



Sed mis cómplices, por favor, y no me gritéis cuando, haciéndome el descuidado, vaya dejando mis cosas en vuestro camino…

5 comentarios:

Esaque dijo...

Este post, que además sale así, por descuido, me parece que te ha quedado relindo señor Diego. Me toca especialmente la fibra porque las mudanzas con cambio de continente incluido son para mí la jerarquización de esos descuidos y también me llevan a plantearme los propios claro está.
Un beso para que te lo guardes.

Diego dijo...

Muchísimas gracias esaque... Todo un cumplido, viniendo además de ti. Me lo guardo como oro en paño...

Anónimo dijo...

Me ha encantado. Mucho más bonito que como lo describía Freud, como una patología más que como un guiño a la amistad o al amor.

cesar dijo...

Osea que me recuerdan en todas las cafeterías, vagones de metro, aulas... por donde me he io dejando paraguas, relojes, cámaras, gafas???

Me quedo mucho más contento!!!

Diego dijo...

Quédate contento César...

Cualquiera que no te conociese pensaría que fue un guiño oportuno y premeditado dejarte una camiseta negra en mi casa el mismo día que escribiste este comentario. Como nos conocemos, la coincidencia resulta cómica y entrañable :-). ¿Cuándo te pasas a por ella?