11 octubre 2008

Nauru

De todos los nombres de países, uno de los que menos suelen sonar es Nauru. ¿Te suena? Sólo esto es ya razón más que suficiente para que despierte mi interés (...), pero es que además es Nauru un país en el que la historia, la economía y las relaciones internacionales dan un par de vueltas de tuerca. Por si no tenéis el placer...


Es difícil imaginar, para empezar, vivir en una isla plana de 6 km de diámetro máximo en medio del Pacífico (a 300 km de la isla más cercana...), junto con otros 14 000 habitantes, todos pegados a la costa. ¿Qué hacer para ganarse la vida? ¿A qué se puede dedicar allí la gente? Pues a mediados de los setenta, la mayoría... a nada: Nauru tenía una de las rentas per cápita más altas del mundo, gracias a que la isla es básicamente una gran roca de fosfatos, que inmigrantes extranjeros se encargaban de extraer, dejando beneficios casi obscenos entre la población local.

No es difícil, por contra, imaginar los paralelismos: es como un náufrago que viaja a la deriva sobre unas tablas, y se dedica a vender astillas. Los nauruanos vendían su tierra, su isla entera. No podía acabar bien...


Con los fosfatos prácticamente agotados, el grifo se cerró de la manera más brusca. La pregunta obvia, pero nunca antes hecha, resonó con fuerza: ¿cómo sobrevive en el concierto mundial un país como Nauru? En sucesivos brainstormings, no faltaron las ideas:

  1. Paraíso fiscal: fuera los complejos, dentro las fortunas, no questions asked

  2. Mendicidad, que a escala internacional se hace en la ONU y similares, y puede ser muy fructífera sobre todo si el mundo entero te mira muy enfadado por tus prácticas fiscales (véase 1)

  3. Vertedero, almacenando lo que nadie quiere, en este caso (y por favor entiéndase la metáfora), los inmigrantes ilegales que quieren entrar en el país de uno
El caso es que ninguna parece una solución sostenible, y así se ha demostrado: Australia se cansó de mandar sus ilegales a Nauru y no lo hace desde el pasado diciembre, dejando de nuevo al minúsculo país a merced de la caridad internacional... Mirándolo desde la distancia, Nauru es un reto único para las mentes emprendedoras del mundo. ¿A quién se le ocurre una solución para Nauru? ¿Quién se ofrecería a ser CEO de la única PYME (o casi...) con representante en la ONU?

1 comentario:

cesar dijo...

Joder Diego, con lo literaria que había empezado la entrada, que descenso a los infiernos de fosfato.. En todo caso gracias por presentarme a un país que todavía no conocía (Aunque me parece feo que para una primera cita a él le llames PYME y a mi CEO???, qué incorrección!!!;-)