09 octubre 2008

Lengua inglesa, lengua franca

Parece ser que el gobierno libio ve hoy con reticencias - ayer con represión - que sus ciudadanos aprendan inglés. Son muchos años de inveterado odio contra los Estados Unidos, y muy pocos meses de entente (aunque suficientes, según se ve, para una cierta familiaridad) como para no recelar del imperio yanqui que extiende sus frondosas ramas a través del idioma.

Qué gran chasco el del gobierno libio (permítaseme la novelación) cuando descubra, abriendo los ojos al mundo, cómo el idioma inglés hace mucho que dejó de ser patrimonio y coto de los estadounidenses, ni de los británicos. Cómo el inglés ha sido tomado por las bravas, moldeado, partido en mil pedazos, amasado y asimilado por el mundo entero, en un esfuerzo genuinamente distribuido, convirtiéndolo en la lingua franca de nuestros días, y de propiedad planetaria - para bien o para mal. Cómo hordas de turistas, viajeros, vendedores, políticos o simplemente personas de a pie lo utilizan, día tras día, para comunicarse con otras personas que, como ellas, no tienen el inglés como lengua materna. Y cómo, que a efectos prácticos es lo más importante, privar a sus ciudadanos de la oportunidad de aprenderlo es equivalente a taparles la boca, los ojos y los oídos al mundo.


Me parece curioso el cambio que el final del siglo XX ha traído al tan antiguo concepto de lingua franca. Históricamente fue la lengua que el imperio de turno imponía, mediante poder o autoridad, en su zona de influencia - la lengua, en suma, del poder político y económico. Y ese mismo proceso llevó al inglés, quizá desde la Revolución Industrial, a su estatus actual. La hegemonía anglófona tras el colonialismo y las guerras mundiales reforzó su posición, pero fue la cultura - que nos gustasen tanto las canciones de los Beatles - lo que realmente impulsó el conocimiento del inglés entre la gente de a pie. De una lengua asociada a un poder, a la lengua de la cultura que vertían en las casas los televisores. Y ése fue el comienzo de la erosión del vínculo que unía al inglés con los países de donde proviene. Quizá fue al ritmo del tarareo conjunto de un She loves you por parte de una francés y un alemán desconocidos y desconocedores del idioma del otro como el inglés comenzó a desligarse de Inglaterra/Estados Unidos y a ser parte del patrimonio del mundo... o quizá no. Pero lo cierto es que hoy en día el inglés es la lengua del turismo, del comercio, de la ciencia; es casi siempre la lengua de las relaciones bilaterales entre países de distinta lengua; es la lengua oficial de países (Nigeria es buen ejemplo) en los que hay demasiadas lenguas maternas como para ponerse de acuerdo en una; y sobre todo es la lengua que tú, que estás leyendo esto, utilizas sin pensarlo, tengas el nivel que tengas, cada vez que cruzas la frontera hacia cualquier país donde no se hable español - porque piensas, como pienso yo, que el inglés es hoy, por encima de todas las demás consideraciones, la llave que abre las puertas del mundo.

2 comentarios:

cesar dijo...

No me acaba de convencer mucho eso de los beatles. Si no hubiesen tenido distribuidoras multinacionales con sede en inglaterra o los estados unidos...

Para que te hagas una idea, tenían a espías del servicio secreto siguiéndoles los pasos, a ver qué hacían con ese idioma que el imperio había diseminado pacientemente por el mundo. Y me refiero al invento de los ingleses, el imperialismo puramente económico, sin mezclarse demasiado con los nuevos proveedores/compradores.

Quitando a Borges que aprendió alemán para poder leer a Schopenhauer en su lengua materna, normalmente la mayoría aprende el idioma dominante por puro pragmatismo. Por lo mismo que muchos artistas cantan o escriben en el idioma que más gente que vaya a comprar sus discos-libros hable. No cantan en chino para que les oigan los más de mil millones que no van a comprar sus discos (todavía).

Me pillas escéptico esta noche calurosa de martes ;-)

PD: Esto no quita para que me encantre que nos entendamos todos en una lingua franca, sea cual sea. Que conste.

Cris dijo...

Creo que la información y comunicación entre pueblos debe ser satisfecha con una lengua común. Está claro que algo como el esperanto evitaría connotaciones partidistas, pero si el mundo de hoy ha elegido el inglés, bien vale utilizarlo para cubrir ese derecho.
El aprender el idioma local es siempre la mejor opción para comunicarte con el nativo, pero la vida de un ser humano no alcanza para más que unas cuantas lenguas...