Nutini
Otra perla más de la tierra de KT...
Al pobre Paolo, acostumbrado a su Escocia natal, las calles de Londres se le hacen oscuras, ruidosas y enmarañadas...
(Una vez más, gracias a Gonzalo...)
Otra perla más de la tierra de KT...
Al pobre Paolo, acostumbrado a su Escocia natal, las calles de Londres se le hacen oscuras, ruidosas y enmarañadas...
(Una vez más, gracias a Gonzalo...)
Como ya he dicho en más de una ocasión (aunque no aquí), yo no consumo contenidos. Apenas escucho música, veo poco la televisión y, lo que nos ocupa hoy, hace siglos que no voy al cine. Entendedme, no ha sido la mía con los contenidos una ruptura causada por el desengaño o la incomprensión, no; se ha ido forjando con el tiempo, lentamente, y ha llegado a un punto en el que me maravillo al contemplar la cantidad ingente de personas que no pueden vivir sin su iPod, o que ven películas regularmente (ya sea en el cine o gracias al señor Bram Cohen). Yo no soy así.
En estas fechas tan señaladas en las que uno tiene tiempo para otras cosas, me dio por intentar sacarle un porqué a esa racanería audiovisual. No sé si lo he conseguido, pero corro al blog a exponer mi flamante teoría.Y es que el recuerdo de mis veces en el cine es siempre doble. Me acuerdo de cuando fui a ver Titanic, y acabé helado en primera fila mientras Leonardito nadaba en el Ártico. O de mi respiración entrecortada (bochornoso espectáculo) durante Bailar en la Oscuridad. Me recuerdo olisqueando a mi alrededor al acabar El perfume, incapaz de volver a mi habitación después de Cube, cegado por las lágrimas de risa en Cuatro bodas y un funeral, moqueando como el peor bebé durante tantas otras. Y por supuesto podría seguir.
¿Será que mi cuerpo ya se cansó de tanta reacción exacerbada? ¿Será que mi alma rocosa está harta de que sus muros se vengan abajo nada más acabarse los trailers? ¿Será que me turba que unos hechos ficticios me tengan en vilo más horas que muchos reales? Acaso así sea... De cualquier modo, tendré que volver al cine, aunque sólo sea para completar mi investigación.
Navegando he llegado a este planazo de viaje para el invierno: la conmemoración in situ del sexagésimo aniversario del "Partido de los Trabajadores de Corea" con un viaje de once días por el país - todo esto, coincidente con el cumpleaños del Gran Líder Kim Jong Il. ¡Es real! El viaje, por supuesto, está organizado por el régimen y tiene un número máximo de veinte plazas. La salida es desde Pekín, y el precio unos 2250 € sin incluir el traslado del punto de origen a Pekín y el visado chino. Merece la pena leer detenidamente el plan de viaje, marcadamente a caballo entre un folleto turístico y documento de normas y restricciones. Aquí os dejo algunas perlas:
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